miércoles, 3 de junio de 2015

Pero, mamá, déjame hablar...

Cuando Brenda tenía como 3 ó 4 años, era muy normal que su cuarto estuviera muy desordenado... Todos los juguetes regados por todo el cuarto, como un niño normal de su edad.

Un día cualquiera íbamos a salir, y le había dicho varias veces que recogiera para poder salir. Como también era normal, Brenda no me escuchaba...

Le dije: "Brenda, me voy a bañar y al salir quiero ver tu cuarto completamente ordenado o no sales con nosotros." Salí de su cuarto para ir a bañarme. 

De repente Brenda recuperó la audición y vino corriendo a buscarme: 

Brenda: "Mamá, ya va".
Yo: "No, Brenda, ya está dicho. Recoge"
Brenda: "Pero, mamá..."
Yo la interrumpía: "Lo siento, Brenda, recoges o ya sabes"
Brenda: "Pero, mamá..."
Y yo la volvía a interrumpir... Y así varias veces, hasta que su papá me dice: "vamos a ver qué te quiere decir Brenda, déjala hablar".
Yo: "A ver, Brenda, ¿qué quieres decir?".
Brenda: "Mamá, tú te bañas muy rápido y no me va a dar tiempo de recoger todo mi cuarto".

............ Silencio absoluto.........

Yo no sabía como controlar las ganas de reirme... Ella tenía toda la razón. El castigo iba seguro, según la condición que yo le había puesto.

Yo: "Ok, Brenda. Me voy a bañar, y si al salir no veo que hayas empezado a recoger, y hayas hecho el trabajo que alcanza a hacerse en el tiempo de mi baño, no sales.."

Definitivamente, ese día aprendí que a los niños siempre hay que escucharlos... La mayoría de las veces tienen cosas muy sensatas que plantear y los adultos solemos subestimarlos...

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