viernes, 12 de junio de 2015

Arepitas de formitas... La solución maravillosa...

Yo no me escapé del típico: "Mi hija no come... Se va a desnutrir". 

Tanto Brenda como Sarah no querían comer. Solo teteros. Quizá porque su madre no es una chef muy agraciada en las habilidades culinarias, y la comida que iban probando no era tan rica... Compré todos los libros de recetas para niños... y nada me quedaba como decía el libro que debía quedar... Frustración total.

Traté de nunca pelear con ellas por eso, pero si me generaba la típica angustia. La única vez que me puse a obligarlas a comer, perdí... Si decían no comer, no comían... Nada las hacía cambiar de idea...

Por eso adoraba ir a la cita de control con el pediatra. Si él me decía que estaban bien y que el peso no era problema, me tranquilizaba. Brenda llegó a tener 11 kilos por debajo del peso correspondiente a su edad, cuando tenía entre 12 y 15 años, pero el doctor la encontraba perfecta. Lo que le decía era: Brenda, puedes comer lo que quieras, helados, chocolates, caramelos, pasta, lo que sea, tienes 11 kilos de holgura...

Sarah no era tan baja en peso, pero si era flaquita, a partir de los 3 ó 4 años.

Pedían a gritos ir a McDonald... Para comerse solo uno o dos nuggets y 5 papitas... ¿Quién se comía el resto? su mamá... Ahora entiendo por qué tengo kilos en exceso... todo los que a ellas les faltaba, me los fui echando yo encima...

Un día, dentro de mi desespero, se me ocurrió ponerlas a ambas en la cocina y les dije que hicieran con la masa de las arepas las formas que quisieran y yo las cocinaba. Salían papitas fritas, nuggest, helados, letras, culebras cortas y largas,  figuras abstractas... Y se las comían... 

Pero no siempre teníamos el tiempo hacer estas manualidades, entonces opté por utilizar los moldes para galletas (corazones, estrellas, osos, elefantes, etc.). Al principio comían 2 ó 3 cada una. El éxito total... Pasando los años y abriéndose el apetito, se comían 5 arepitas cada una...Ya me tenía asegurado el desayuno. La comida más importante del día.

Pero las arepitas se hicieron famosas entre las amiguitas y había veces que me tocaba hacer raciones para 5 ó 6 niñas (25 ó 30 arepitas). Hasta que ya eran adolescentes y cada una podía comerse hasta 18 ... y si venían las amiguitas... 50 ó más arepitas... Dejó de ser el desayuno común para pasar al consentimiento de los domingos... 

Ya ellas comían perfecto todas sus comidas... Aunque nunca llegaron al peso correspondiente a su edad. El doctor siempre me decía que no las forzara, que lo iba a agradecer cuando crecieran. Nunca iban a ser obesas. Y así está siendo. Gracias a mi queridísimo Dr. Leyba. 

Cuando Brenda y Sarah tenían entre 13 y 15 años, les daba pena comer arepitas de formitas, les provocaba pero querían demostrar que ya no eran bebés... (eso no fue hace mucho, hace 2 ó 3 años). 

Chao a las arepitas de formitas, pero cómo me ayudaron...

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