miércoles, 3 de junio de 2015

Cuando llega el hermanito... y los celos, benditos celos...

Algo que me preocupaba muchísimo era cómo iba a reaccionar Brenda cuando naciera su hermanita Sarah.

Alguien me dio una explicación que me pareció genial: Para un bebé, la llegada de su hermanito, era como que el esposo le dijera a su esposa: "Amor, tú eres tan chévere, te quiero tanto, que voy a buscar otra como tú, para que compartamos los tres".  Si a mi me dicen eso, moriría de los celos. Imaginé que eso mismo sentiría Brenda. 

Leí todo lo que pude sobre cómo preparar a Brenda. Compré un cuento bellísimo dónde un niño como Brenda, llamado Mateo, estaba esperando a su hermanita. Hicimos exactamente lo que el cuento dijo que hizo Mateo y su familia. Por lo que para Brenda no iba a haber sorpresas. 

Hablábamos mucho de la hermanita y Brenda le daba besitos a la barriga. Yo pensaba que lo estábamos haciendo muy bien. Todo iba a salir perfecto.

Le dimos a Brenda un cuarto nuevo, bellísimo, con televisión, muchos muñecos, un escritorio a su altura, y de colores preciosos. 

Deshicimos el cuarto anterior de Brenda, quitamos las sábanas, cambiamos la posición de los muebles, para que se viera feo, así cuando Brenda entrara, prefiriera su nuevo cuarto, sin lugar a dudas. Hicimos todo esto varios meses antes del nacimiento de Sarah. 

Cuando ya vimos que Brenda no pedía más entrar a su cuarto viejo, lo volvimos a acomodar. Iba a ser el cuarto de Sarah.

Como estuve de reposo mes y medio antes del nacimiento de Sarah, aprovechamos para terminar de quitarle los pañales a Brenda. Ya para la víspera del nacimiento de Sarah, Brenda no necesitaba pañal ni de día ni de noche.

Llegó el día del nacimiento de Sarah, y seguimos al pie de la letra lo que hizo Mateo: papi y mami se fueron a la clínica, y al día siguiente iba Brenda a conocer a su hermanita. Sarah le trajo un regalo a Brenda.

La sorpresa fue que cuando Brenda llegó a la habitación, lo primero que hizo fue orinarse en la entrada.. Oh Oh.. Algo no andaba muy bien, pero no hicimos mayor caso al accidente. Al ratito se volvió a orinar... Creo que ya era seguro que había problemas. Tuvimos que cambiarle y colocarle uno de los regalos de Sarah.

Una vez en casa, Brenda me daba los buenos días desde la puerta de mi cuarto y se orinaba ahí mismo... Oh no, echó todo el proceso para atrás, pero igualmente, por todo lo que leímos, no le dimos mayor importancia a los accidentes. Esto pasó a la semana.

Yo cometí el mayor error que se puede cometer: temiendo por los celos de Brenda, yo no era amorosa con Sarah frente a Brenda... Terrible decisión... Sarah también necesitaba y quería mi atención... Lo cambié al mes, pero ya Brenda se ponía mucho más celosa cuando me veía con Sarah.

La mayor alerta fue cuando dejé a Sarah en su portabebé solita en el cuarto, y yo la veía desde el baño. Cuando Brenda la vio ahí, le tomó el brazo y empezó a halarlo, hasta que le pregunté, con toda la calma posible: "¿Bella, que estás haciendo?". Al escucharme se sorprendió y me respondió:" Mami, no sabía que estabas ahí..". Ups, no tenía muy buenas intenciones.

Brenda no sonreía ya en las fotos. Pasó de ser una bebé alegre a una bebé sería y malhumorada... Yo no sabía qué hacer...

Al final todo pasó a los 3 meses de nacida de Sarah, y nos convertimos en el trío fantástico.

Con esta experiencia no busco decir qué hacer, porque yo aun no sé cómo debí haber hecho, solo espero consolarte, porque si estás desesperada por los celos de hermanito, quiero que sepas que es normal... Y la buena noticia es que pasa...Mientras menos le llames la atención al hermano mayor, más rápido pasa...


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