jueves, 15 de septiembre de 2016

¿Y si tu hijo viene con Síndrome de Down?

"Pues bienvenido será. Yo jamás lo abortaré. Si D-os me lo envió así, por algo será. Y será un hijo muy amado, como su hermanita."

Esto fue lo que respondí, cuando se me explicó por qué debería hacerme la prueba del líquido amniótico, cuando estaba embarazada de Sarita. Yo tenía 35 años, y era muy recomendable hacerse esa prueba.

Yo no me quería hacer esa prueba. No la veía necesaria. Si me enteraba en ese momento que Sarita venía con Síndrome de Down, igual la iba a tener. Nada haría que la abortara. Al final, fue tanta la insistencia que decidí hacerme la prueba, pero dejando claro que era solo a modo informativo. Nada haría que cambiara mi decisión. Iba a hacer la prueba en contra de mi voluntad.

Llegó el día de la prueba. Fuimos al consultorio del doctor. Lo primero que hace es un eco para ubicar a Sarita, y decidir dónde hacer la punción. Sarita estaba dormidita en la parte baja del abdomen. Por lo que prepara todo para hacer la punción en la parte alta. Cuando va a empezar a hacer el proceso, Sarah se despierta y cambia su posición, se movió para donde iba a hacerse la punción. Cambiemos el lugar, dice el doctor. 

Para sorpresa de todos, cuando la aguja empieza a entrar, Sarita decide acercarse a la aguja y buscar como jugar con ella... Paralizados todos... Susto... Tensión... el doctor suelta la aguja y esta empieza a moverse sola... 

El doctor, sabiamente, decide parar la prueba... No se pudo hacer... No tengo idea si fue por mi deseo de no quererlo hacer, pero yo me sentía aliviada...

Mi hija nació sin el Síndrome, gracias a D-os. Su nacimiento lo relato en otro de los post. Pero siempre me pregunto: cómo habría reaccionado yo si tuviese un hijo con condiciones especiales? Cómo habría llevado la vida? Cómo lo habría guiado?

En estos días he estado enganchada con la historia de una niña preciosa, llamada Ángela, de España, Leon. He visto como su padre, José Carlos, y su hermanito, Darío, llevan una vida normal y maravillosa con Ángela. Ella es una niña especial, no por su condición si no por lo que inspira a todos los que la rodean, por lo que uno siente cuando lee sus historias, por la dulzura que tiene siempre en su carita. Yo habría querido llevar así mi vida, si me hubiera tocado un hijo con condiciones especiales. Que la vida siga normal, que mi hijo especial sea tratado como un niño normal. Que las personas que lo rodean lo vean con naturalidad. Nada de lástimas. Y menos aun, excluirlo de alguna actividad...

José Carlos, gracias por darnos un ejemplo de inclusión. D-os quiera que tu historia corra por todos los países del mundo, sea traducida a todos los idiomas, para que todos los niños con Síndrome de Down crezcan como está creciendo Ángela. La gente debe saber que estos niños son unos angelitos y llegan para sacarnos lo mejor de nosotros mismos. Es un regalo maravilloso.

Por favor, sigan a Ángela por todas las redes y háganse eco de esta bella historia: 
http://www.sindromecontenta.com/
http://sindromeddown21.blogspot.com/
https://www.facebook.com/sindromeddown21/
@sindromeddown21




miércoles, 17 de agosto de 2016

Las Mejores Amigas... Un tesoro!!!

A veces pienso que debo cambiarle el nombre al blog. Me provoca escribir de muchas cosas, no solo de las experiencias como madre. 

Pero de todos modos, todo lo que escriba está dedicado a mis hijas. Quizá algún día decidan leerlo y les ayude en su vida. 

Hoy quiero hablar de las amistades, dedicado a mi bella amiga Neysa Sanchez... falleció este lunes 15 de Agosto de 2016.

Cuando uno es joven no sabe lo importante que son las amigas. Ni lo importante que eres para las amigas. Solo las disfrutas, las tienes porque la pasan bien juntas. Prácticamente es una relación de puro ganar-ganar. Pero lo más importante es conservarlas, a pesar de los cambios. Cambios de ambiente, cambios de caminos, cambios de personalidad, cambio de estado (casada, soltera, etc.), cualquier cambio.

Con el pasar de los años te vas encontrando personas tan bellas, que las vas coleccionando y cuidando como Las Mejores Amigas.

Están las Mejores Amigas de la infancia, esas que las tienes desde niña, y han resistido todos los cambios. Quizá no vivimos ya en el mismo país, quizá no hablamos con tanta frecuencia, pero cuando hablamos y cuando nos vemos es como si el tiempo no hubiera pasado. Sabes que cuentas con ella para lo que sea. Así son para mi Nelly, Dina, Vivian. En particular, Nellyta es mi hermana de corazón.

Están las amigas que vas encontrando por el camino en las diferentes etapas y la química es tal que pasan a ser también parte de tus Mejores Amigas. Esas que conociste en la Universidad o en el trabajo, por ejemplo y sigues compartiendo, y luego los hijos se hacen amigos, y son como parte de tu familia, se convierten en tíos y primos. Así son para mi Ginia, Sonia, Maribel, Thais, Valeria, Neira, Susy, Mariana, Eli, por ejemplo.

Después de vieja descubrí unas nuevas amistades, que son las que ya conocías desde el colegio, pero nunca compartiste mucho con ella, por lo que nunca las llamaste amigas. Y cuando las reencuentras y compartes con ellas, te das cuenta que son unas personas tan espectaculares, que quieres recuperar todo ese tiempo perdido de amistad, y pasan a formar parte de tu tesoro, de las Mejores Amigas. Así me pasa con Sandra B.

Luego están las que te consigues en el colegio de los hijos, y se convierten en las otras mamás de tus hijos, por lo que pasan también a formar parte de Las Mejores Amigas. Así es para mi, por ejemplo, Yeli, Maribel, Luisa, Zulay, pero muy especialmente Mariela.

Pero de repente aparecen unas con las que compartes temporalmente en alguna actividad, como en un curso de buceo, un taller de Salsa Casino, un taller de teatro y se quedan en tu vida, en tu corazón para siempre. No tienes nada en común, ni carrera, ni colegio, ni trabajo, por lo que la única forma de haberse conocido es en ese taller. Ahí es cuando con más razón dices: Ahí está otra vez, D-os haciendo de las suyas. 

Asi fue con Neysa. La conocí en el taller de Salsa Casino. Llegué sola y ya había comenzado hacía un mes. Llegué como una paracaidista, y Neysa estaba con su esposo, Miguel. Fueron los primeros en saludarme y adoptarme. Como no pegarse a ellos, si andaban siempre con una sonrisa. Es imposible imaginarse a Neysa sin los dientes pelados. Siempre tenía pintada una sonrisa en la cara. Se hace pegajosa y esperas cada sábado de clase para compartir con ella y con todo el grupo. 

Empiezas hablando solo de los pasos de Salsa Casino, de cómo se van complicando y cómo nos equivocamos a cada rato. Qué pena con los compañeros. Entre risas y vueltas te vas dando cuenta que es más que una simple conocida. Te das cuenta que tenemos muchas cosas en común. Pensamos parecido en muchos aspectos. Vemos la vida desde los mismo puntos de vista. En fin, la pasamos súper bien juntas. 

Me doy cuenta que tiene unos sentimientos bellísimos, y de la noche a la mañana, se preocupa por mi, como si me conociera de toda la vida. Está pendiente de mi, de mis hijas. Y como no corresponder a tan bella amistad. 

Formamos un grupito para practicar los pasos, que llamamos el Petit Comité, Neysa, Miguel, Anselmo, Yeli, Carmen, Denny. Y nos reuníamos 2 ó 3 veces por semana. Esta amiga empieza a formar parte de tu día a día. Te preocupan sus preocupaciones. Le escuchas sus alegrías y sus tristezas, con todas las ganas de compartir y ayudar. Te das cuenta que le has tomado un cariño enorme, en solo unos meses.

De repente, Miguel y Neysa deciden, como muchos en nuestro país, migrar. Buscar un nuevo lugar, donde, como pareja joven, trabajadora y bondadosa, puedan tener un mejor futuro, una mejor calidad de vida. 

En ese momento nos perdimos un poco, porque los teléfonos cambiaron. Pero gracias a FB, volvimos a hablar continuamente, desde Abril de este año. 

Ayer, cuando me enteré que Neysa se nos había ido, releí nuestro chat. Neysa se había convertido en una persona aun más espiritual, agradecida con D-os, con la vida, con Miguel, con las personas que había conocido en su nuevo país. Semana a semana hablábamos de cómo se sentía, pero nunca dejaba de decir las maravillosas personas que había conocido, y lo agradecida que estaba de contar con Miguel. Siempre se mostraba muy optimista. Todas las veces que hablamos, yo le decía que pronto iba a estar bien. Que se iba a curar. Pero en una de las últimas conversaciones, me confesó que ya no tenía fuerzas. Que no sabía si iba a poder aguantar. Yo no le creí. Le dije que sí tenía fuerza y que esta prueba la iba a pasar, como muchas otras que había pasado. Pero ella tenía razón... Aunque sé que luchó hasta el final.

A pesar de su dolor y su sufrimiento, seguía pendiente de mis cosas, y pendiente de todos a su alrededor. 

Sé que estos últimos días, Miguel y Neysa pasaron momentos muy difíciles, solitos, pero también deben haber sido los más bellos, en cuanto a compañía, a amor, a comprensión, a tolerancia, a compenetración. Sé que Miguel la cuidó como ninguna otra persona lo hubiera podido hacer, y le dio días llenos de amor, llenos de vida. 

Para mi Neysa es un ejemplo de perseverancia, de constancia, de luchadora, de claridad en la vida, de humildad, de amistad, de amor por los demás, de buen humor. Y por eso va a estar siempre presente en mis pensamientos. Solo para que yo recuerde que es así como se logran las cosas y es así como se debe vivir.

Gracias, D-os, por haberme hecho pasar por el frente del local de Salsa Casino y haberme llevado a Inscribirme, sin que estuviera en mis planes. Gracias por poner a una amiga tan especial en mi camino, como lo es Neysa. 

miércoles, 8 de junio de 2016

El abuelo David... Un ser muy especial...

En ocasión del próximo día del padre, quiero dedicar esta entrada a mi papá, al abuelo David. No solo por ser mi querido y muy extrañado padre, si no porque también el próximo 18-6 cumple 13 años de haberse ido físicamente, pero siempre está en nuestra memoria, en nuestros cuentos, en nuestros recuerdos, en nuestras oraciones...

En relación a mis hijas,  puedo contar que fue un abuelo muy querido, muy juguetón y tenía una relación muy especial con ambas, pero sobretodo con Sarita. Ella, con 2 añitos, y el abuelo podían mantener una conversación muy animada por más de una hora, lo que es muuucho tiempo para una niña de 2 años. Siempre me preguntaba de qué hablaban, pero eso quedó entre ellos. Mi papá nunca me contó y Sarah no se acuerda...Así que nunca sabremos de qué hablaba ese par... Pero hablaban y hablaban...

Mi relación con mi papá tuvo sus bajas y sus altas, como toda relación, pero el mejor año en nuestra relación fue su último año de vida. Pasó gran parte de ese año con nosotros. Vivía en nuestra casa, por la enfermedad que tenía.

Sarita, muy consciente y muy madura, como suele ser ella con los asuntos de gran importancia, le cedió a su abuelo su cuarto. 

A ella le tocó dejar la cuna muy pronto, porque tuvo que ir a compartir el cuarto con su hermana, Brenda, y era necesariamente en una de las camas de la tri-litera. 

Ese año con mi papá fue de mucha espiritualidad, mucha cercanía y muchas noches sin dormir, para acompañarlo cuando él no podía dormir por los dolores que le ocasionaba el cáncer tan avanzado que ya tenía.

Recuerdo que antes de saber que él tenía cáncer, lo veía muy mal físicamente. Yo le pedía a diario que fuéramos al médico. Estaba muy delgado, muy demacrado y siempre tenía un dolor como en el pecho. Él siempre le huyó a los médicos, y la única forma que tuve de convencerlo para ir fue que si no se hacía ver por el médico, no lo iba a dejar ver más a sus nietas porque se veía cada vez más enfermo... Fue duro, pero resultó y decidió ir inmediatamente a verse. 

Pensábamos que su problema era el de siempre, el corazón, pero resultó que esta vez era un cáncer ya muy avanzado... gracias al mismo temor que tenía mi papá de ir a los médicos. Un cáncer de próstata ya regado por todo el cuerpo, porque no se trató a tiempo.

Los médicos le dieron pocos meses de vida y duró un año. Yo creo que una de sus razones para vivir era sus nietas. Él jugaba con ellas a diario, como seguramente hizo con cada uno de nosotros, sus 4 hijos.

Casi podría decir que su momento de fallecer llegó porque él lo decidió. Él mismo preparó su despedida, sin nosotros darnos cuenta. Nos hizo organizar una reunión con toda la familia para festejar el cumpleaños de Vanessa (mi hermanita), y ahí habló de cada uno de nosotros. No nos dimos cuenta, pero se estaba despidiendo. 

Ese último año de vida, hizo varias cosas en cada una de nuestras familias, que luego entendí que eran temas que quería dejar resueltos antes de irse.

Siempre admiré cómo mi papá asumía y enfrentaba la vida. Sobre esto hay mucho que contar, pero una de las cosas que más me marcó fue cuando fuimos a ver al Dr. De Jongh, el oncólogo. Lo poco que pude apreciar del Dr. De Jongh, aparte de su profesionalismo, fue su seriedad y su total, pero entendible, intención de no involucrarse sentimentalmente con sus pacientes. A él le llegaban puros pacientes en fase terminal e involucrarse sería muy dañino para él. Pero mi papá logró despertar en él ese sentimiento que va más allá de lo profesional. 

Cuando entramos a su consulta, Samy, mi papá y yo, el Dr. nos empezó a explicar, muy serio, el procedimiento y todo lo que se debe hacer. Después de estar un buen rato hablando, mi papá lo interrumpe y le pregunta: "Dr., usted nunca se ríe?". Todos nos quedamos perplejos. Quién iba a tener ganas de reírse cuando te están explicando todo sobre la quimioterapia, como última alternativa, sin mucha esperanza.. Solo para buscar calmar en algo el dolor. Pero mi papá siempre estaba pensando en cómo hacer reír a los que lo rodeaban, conocidos o desconocidos. Esa noche el Dr. De Jongh me llamó a mi casa para disculparse, por su actitud en la consulta, la cual yo no la vi nunca mal, pero a él le llegó el mensaje de mi papá: Nunca le dedica una sonrisa a sus pacientes y familiares... Y una sonrisa nunca cae mal y nunca está de más...

Un jueves 12-6, antes de amanecer, me despierta un ruido fuerte en el baño. Mi papá se había caído al tratar de pararse de la poceta. Ya las piernas no le daban, no tenía la fuerza para pararse solo. Eso hizo que él tomara la decisión de querer morir lo antes posible. No quería ser una carga para ninguno de nosotros. 

Salvador lo vino a recoger en la mañana del sábado, 14-6, como siempre hacía, para pasar el fin de semana juntos. Mi papá pasaba de lunes a viernes conmigo y los fines de semana con Salvador. 

Ese sábado Salvador nos llama y nos cuenta que papá no ha querido comer, ni sentarse, ni acostarse. Pasó todo el día parado en el baño. 

El domingo Samy decidió irlo a buscar con una ambulancia y llevarlo a la clínica. Cuando yo lo ví ese domingo, apenas 24 horas después de verlo irse con Salvador, mi papá ya no era el mismo. De repente lo vi más chiquito, mucho más viejo, con pañales, acostado en la cama. Definitivamente, estaba muriéndose... Lo entendí en ese momento.

Pasamos en la clínica el domingo, el lunes, el martes... este martes recuerdo que Samy quiso echarle una broma, como siempre solían hacer ellos 2, y mi papá le respondió: "Samy, no estoy de humor para bromas". Fue la primera vez que escuché decirle algo así a mi papá. Él siempre estaba de humor para una broma, si no era él quien echaba la broma.

Al día siguiente se nos fue... Entendí, entonces, porqué no estaba de humor... Un miércoles 18 de Junio del 2003.

Quizá suene extraño, pero ya lo que mi papá estaba viviendo no era vida. Mi papá necesitaba descansar en paz.

Cuando llegué a la casa, les conté a mis hijas que el abuelo se había ido. Que todas las noches podían ver por la ventana y saludarlo, porque seguro él las estaba viendo desde el cielo. Mis hijas no lloraron, porque tampoco yo se los dije llorando. Traté de aplicar la de siempre "La vida es bella". Pero Brenda, con 5 años me hizo solo una pregunta: "Mamá, por qué mi abuelo se enfermó?". Ella entendió que la muerte era inevitable. Yo siempre les decía que el abuelo estaba muy enfermito. Pero lo que sí era cuestionable era por qué se enfermó? Qué se pudo haber hecho para que él no se enfermara. Y ella tenía toda la razón. No era el momento de preguntar por qué se fue. Eso estaba claro, se fue porque estaba muy enfermito. La pregunta era Por qué se enfermó...Otra enseñanza de mis hijas... Hay preguntas que no valen la pena hacerlas porque no tienen respuesta que ayudan, te quedas sufriendo dando vuelta a la pregunta, sin encontrar una respuesta que consuele. Hay preguntas que sí merecen la pena plantearlas...

Todos sufrimos mucho la pérdida, pero el más desconsolado fue mi hermano Samy. Él no aceptaba su muerte. Por más que le decíamos que estaba muy enfermo, que no era vida lo que estaba pasando, él seguía pensando cómo podía haber alargado más la vida de mi papá.

En respuesta a sus lamentos, tuve 2 sueños increíbles con mi papá.

El primero fue al poco tiempo de irse. Me lo encontré en un bosque con muchas raíces, y mi papá, igual de flaco, caminaba sin problemas y sin bastón por el bosque. Las raíces no le daban problemas. Y sus únicas palabras fueron: "Estoy bien". Su expresión en la cara era de tranquilidad. Al despertar llamé a Samy inmediatamente y le conté el sueño. "Samy, papá está bien". Obviamente, para Samy yo estaba enloqueciendo. Pero para mi era una tranquilidad.

El segundo sueño fue como a los 2 ó 3 meses. Estábamos llegando a Puerto Azul, Samy y yo, y yo venía hablando con Salvador por teléfono. Al entrar al club, mi papá nos recibe, con una cara de felicidad total, mucho más repuesto y con unos shorts que yo le había regalado. Yo solté el teléfono de la emoción y fui a abrazarlo. Dejé a Salva gritando qué pasó?. 

Las palabras de mi papá fueron de nuevo: "Yo estoy muy bien. Estoy en donde siempre he querido estar". Otra vez al despertar, llamé a Samy. Para mi era muy claro que eran mensajes para él. Para que se tranquilizara y no se angustiara porque mi papá estaba debajo de la tierra y se lo estaban comiendo los gusanos.

Luego tuve un tercer sueño que sí fue para mi. En la época en que me estaba divorciando, yo me sentía muy triste, muy sola, muy necesitada de un abrazo con amor. Y una de las noches de los peores días que he pasado en mi vida, soñé con mi papá y lo único que hizo todo el sueño fue abrazarme. Yo sentí el amor, yo sentí su abrazo, yo sentí el consuelo, yo sentí que no estaba sola. Al despertar no llamé a Samy. Este sueño era para mi. Pero pasé todo el día llorando sin control, al recordar y revivir el abrazo del sueño, que mi papá me había dado.

De mi papá hay muchas cosas que contar... Pero ya esta entrega está muy larga... Lo dejamos hasta acá, deseándole a todos lo padres un Muy Feliz Día del Padre. Y sepan que siempre pueden dejar una huella en sus hijos. Traten de que sea una buena huella...

martes, 5 de abril de 2016

Sarah, la sobreviviente y luchadora, ya tiene 16 años

Bella, ya tienes 16 años... Tu tan anhelado cumpleaños llegó... ¡Felicidades!!!

Estás tan grande, y yo cada vez más orgullosa de ti.

Tu vida ha sido toda una proeza desde antes de nacer... Por eso eres mi sobreviviente, mi luchadora. Estás preparada para superar y ganarle a todos los obstáculos que se te pongan en tu camino, porque los más difíciles ya los superaste.

Fuiste una bebé muy deseada... Te buscamos y llegaste a nosotros en el primer intento... Gracias a D-os. Fue una gran alegría saber que ya estabas en mi vientre a finales de Agosto del 1999. Yo sentí cuando tú llegaste...

Al principio tuvimos problemas y pensábamos que no ibas a nacer. Eso me tenía muy triste. Pero el maravilloso Dr. Juan Carlos Pons supo qué hacer para que te aferraras a mi, y tus ganas de vivir prevalecieran, y mírate acá... Ya cumpliendo 16 años, gracias a D-os.

A los 5 meses de embarazo pasaron varias cosas que volvieron a poner en riesgo tu pequeñita vida. En Diciembre del 1999 estuve trabajando muy fuerte por el desastre de Vargas. Luego, en Enero del 2000, operamos a tu abuelito David del corazón y en el post-operatorio presentó un ACV. La desesperación y llanto de ver a tu abuelito así hizo que mi placenta envejeciera más rápido. A los 6 meses, tenía una placenta de 8 meses. Te quedaba un solo mes de alimento. Pero con las decisiones acertadas del Doctor (reposo absoluto para tu mami y consultas cada semana), la placenta duró casi 2 meses. 

Cuando ya tenías 34 semanas, casi 35, el doctor decidió que mejor nacías de una vez, porque ya la placenta no te estaba alimentando, así que te tocó nacer antes de tiempo. Ibas a nacer a principios de Mayo y naciste el jueves, 6 de Abril del 2000, a las 4:30pm. Siempre dices que te encanta haber nacido este año porque es muy fácil para sacar la cuenta de tu edad. Nunca te han gustado mucho las matemáticas... Aunque eres muy buena con las cuentas...

Eras muy chiquitica, 2,450 Kg y 46 cm., y estabas muy arrugadita. Todo el líquido del cuerpo estaba cuidando tu cerebro. Pero estuviste en mis brazos a las 2 horas de nacida. Llegaste perfecta, sana y dispuesta a comerte el mundo (y la leche de mis senos...). 

Al mes de nacida ya tenías el peso y talla de un bebé recién nacido a término. ¡Cómo comiste ese primer mes!! Siempre me ha impresionado como los bebés saben lo que necesitan. Comías cada 2 horas o menos y te tragabas todo lo que te daba, pero solo leche materna. Te convertiste en una bebé gordita, bella, pelona y reilona. Me paraban en la calle por lo bella y simpática que eras (y sigues siendo). Tenías unos ojos grises enormes. A los 9 meses se fijaron en el color que tienes ahora: marroncitos claros casi siempre, y verdes con amarillo a la luz del sol.

Al mes y medio ya dormías toda la noche y comías 5 veces al día, como un reloj. Fue muy fácil y llevadero todo contigo. Estabas siempre de buen humor.

Cuando eras muy chiquita, Brenda siempre se reía porque querías decidir lo mismo que yo. Ya ahora tienes tu propio criterio y lo tienes desde hace mucho. Siempre has sido una personita muy decidida y muy clara. 

Yo admiro mucho de ti lo poco complicada que ves la vida. Me imagino que esa es una característica de los sobrevivientes, no complicarse. Tienes un objetivo, y de una u otra forma se puede lograr. Si un camino no funciona, se toma otro y listo. Siempre buscas no enredarte y menos aun pararte. Pa'lante es pa'llá... Si no hace falta pelear, no peleas. No generas problemas a tu alrededor.

Siempre te han gustado las cosas buenas, y eso hace que tengas claro lo que quieres en la vida. Cuando te preguntaba qué quería ser de grande, respondías: "Una Barbie, mami". Asumo que te referías al estilo de vida de la Barbie: mucha ropa y accesorios, carros últimos modelos, casas, piscinas, lujos... Tú apuntas lejos y allá vas a llegar.



Eres una muuuy grata compañía. Me encanta hablar contigo, me encanta escuchar tus cuentos, y respeto y admiro tus opiniones. Son de una claridad y sencillez totalmente impresionante. A veces un poco terquita, pero vas aprendiendo a escuchar a los demás. Como siempre te digo: mejorar y crecer comienza cuando identificas tus errores o debilidades. 

Me encanta lo emocionalmente inteligente que eres. No eres de contradecir cuando no hace falta, no peleas si no es necesario, a menos que sea con tu hermana.... Pero tus valores y prioridades los tienes muy claros, y no permites que los pisoteen. Todo en su justa medida...

Bella, vas a ser siempre mi bebé, aunque no estés de acuerdo. Siempre me va a provocar abrazarte, besarte, amapucharte. 

Te adoro con toda mi vida. Deseo verte cumplir tus sueños y llegar muy lejos, como sé que va a ser.

Hasta los 120, con salud plena, solo alegrías a tu alrededor, paz en tu interior y amor por borbotones.

¡Te amo!!!









domingo, 28 de febrero de 2016

¿Qué hacer con las mentiras?

Las mentiras... Yo creo que es un tema muy personal... Yo no soporto las mentiras... 

Si me entero que alguien me engaña, toda la confianza desaparece... Por eso siempre le he puesto mucho empeño para que mis hijas no mientan. 

La historia del Lobo es una de las más ciertas: Si estás siempre diciendo mentiras o dando falsas alarmas, el día que digas la verdad o tengas una emergencia real, no se te va a creer y puedes correr un grave peligro. Es lo que siempre les digo a los que me rodean, sobretodo a mis hijas.

Desde pequeñas, les hacía ver a mis hijas las graves consecuencias de mentir. Busqué que cuando dijeran mentiras, tuvieran consecuencias contundentes y acorde a lo que estaba pasando. Por lo menos eso traté...

Algo hace que los niños mientan. Lo hemos hablado mucho y reconozco que muchas veces es por miedo al regaño, al castigo. Me ha tocado aprender a escuchar lo que sea que tengan que contarme, sin alterarme, para lograr que la comunicación fluya, sea buena y no haga falta decir mentiras. 

Fue Sarah la que me hizo ver eso. Con ella he tenido muchas conversaciones. Actualmente, tengo con ella una comunicación increíblemente buena, gracias a D-os. Me cuenta casi todo. Cosas buenas y malas. Malas que antes me habrían alterado. Pero ahora, entiendo, acepto, y hablamos de cómo mejorar.

Con Brenda tuvimos un percance fuerte sobre las mentiras, cuando ella era muy chiquita, entre 3 y 4 años de edad. 

No recuerdo exactamente qué fue lo que había hecho Brenda, pero fue algo que ella sabía que no podía hacer. Quizá rayar algún mueble. Cuando entré en su cuarto y vi lo que había hecho, la busqué para preguntarle. "Brenda, quién rayó el mueble?". Su respuesta fue inmediata: "Adriana", una de sus hermanas mayores. 

Yo sabía que había sido Brenda. Estaba segura que no había sido Adriana. Y me sorprendió que Brenda acusara a su hermana. 

La conversación que tuvimos fue más o menos algo así:

Mamá: Estás segura que fue Adriana?
Brenda: Sí, mami. Fue Adriana. (Con una actitud de mucha seguridad... cosa que me impresionaba y me asustaba...)
Mamá: Entonces a quién debo regañar es a Adriana, no a ti?
Brenda: Sí. Ella fue...
Mamá: Estás segura, Brenda? Sabes que si estás diciendo mentiras habrá una consecuencia. No irás a casa de tu abuelo. Van todos y tú te quedas en casa conmigo. Porque cuando uno dice mentiras, no puede salir, porque miente a otras personas y eso hace daño... Estás segura que tú no fuiste?
Brenda: Sí, Fue Adriana.

Ella adoraba ir a casa de su abuelo, por lo que yo sabía que esta era una consecuencia que le iba a doler mucho.

Al final, se descubrió que había sido ella, por lo que había mentido, y lo más grave, estaba implicando a un inocente... Brenda se quedó sin ir a casa del abuelo. Lloró hasta quedarse dormida. Pero hasta el día de hoy, a Brenda le cuesta decir mentiras, y le cuesta aceptar que alguien diga mentiras.

En nuestro caso no hay mentiras blancas. Hay temas que no se conversan, si no se quiere decir algo, pero no se miente... Hay cosas que como madre, en verdad, no quiero saber... Hay temas que son de ellas y de las amigas, y yo no me debo meter. También he aprendido eso... Yo misma me comporté igual cuando tenía su edad. No todo es cómodo hablarlo con las madres. Hay temas donde una dice, dice, dice y dice, esperando que los hijos escuchen, concientizen y fijen conducta, sin dar una respuesta en el momento.

Es muy duro para una madre castigar o regañar. Los hijos no saben cuánto sufrimos las madres, pero sabemos que luego tendremos ciudadanos de bien. Hombres y mujeres que ayudarán a hacer de este mundo un lugar mejor, y seguirán inculcando en sus amigos y familiares los mismo valores... 


viernes, 5 de febrero de 2016

¡¡¡Qué estrés!!! Y ahora tiene carro...

Ahora entiendo por qué mi mamá anda agarrada de todos lados cuando nosotros manejamos y se queja de que vamos rápido, cuando en realidad vamos más lento que ella misma.

El hecho de saber que Brenda iba a tener carro me alegró muchísimo, Gracias a D-os y a su papá, se dio la oportunidad para que lo tuviera.

Su hermana mayor, Adriana,  fue quién más la ayudó a aprender a manejar. ¡¡¡Excelente hermana!!! Mil gracias, Adriana. Has sido, sobretodo, un ejemplo de lo que es una buena hermana.

Luego me tocó a mi acompañarla en sus primeras andadas. Ella maneja a todos lados y yo iba de copiloto... Empecé a sentir que ir a más de 60 Km/h era ir corriendo. Que tomar las curvas o las bajadas a más de 20 Km/h era una locura... 

Por lo general yo no voy nerviosa en un carro, pero basta que fuera mi hija principiante la que estaba manejando, para que estuviera más asustada que con un loco manejando a 150 Km/h y sin ver. 

Pensaba que era la única mamá histérica, hasta que empecé a comentar con mis amigas y me dijeron "al principio no me fue fácil montarme en el carro con mi hija o con mi hijo". 

No sé qué nos pasa por la cabeza, pero es como que pensamos que a nuestros hijos les va a pasar todo lo malo, que puede pasar.

Ser padres no es fácil, y lo más cómodo es dejarse llevar por esa sensación sobre-protectora. Hay que controlar consientemente esos pensamientos.

Después de 2 meses con Brenda manejando puedo decir que estoy muy orgullosa de ella. Lo ha asumido muy responsablemente y además me ayuda muchísimo. Gracias, hija bella!!

Cada paso que damos con los hijos son retos, que al principio creemos insuperables, pero cuando los pasas te das cuenta que los hijos pueden dar mucho más de lo que uno se imagina.

Siempre recuerdo un fragmento de un discurso que di en una graduación de la Universidad, cuando me escogieron como madrina:

"Me imaginé lo que ha sido su camino desde que nacieron hasta este momento, y lo que les falta. Y me recordé cuando tenía a cada una de mis hijas en el vientre. Lo difícil que pensaba que era todo eso, hasta que nacieron y empezaron a llorar por todo, y yo ni idea qué les pasaba. Guao, qué fácil era tenerlas en la barriga… Luego cuando empezaron a caminar, a golpearse, a meter los deditos en los tomas corrientes, uff qué fácil era tenerlas en la cuna o en el coche, bien amarraditas, y que solo tomaban leche, dormían y ensuciaban los pañales… Luego fueron al colegio, y empezaron a llamarme porque no hicieron la tarea, o porque alguna se cayó a mordiscos con algún amiguito, o porque se jubilaban de las clases. Otra vez pensé, qué fácil era tenerlas en casa, y que estuvieran siempre agarradas de mi mano. Luego entrarán a la universidad como ustedes, y empezarán a andar en las calles solas, enfrentando todos los peligros, y yo sin saber por boletas las notas, si estudiaron, si van al día en la carrera. ¿Qué creen que voy a pensar? Qué fácil era cuando estaban en el colegio. Y ahora uds. se gradúan, van a trabajar (o a buscar trabajo), a ganarse su vida, seguramente a buscar cumplir sus metas, quizá algunos se van fuera del país. Ya tomarán ustedes la totalidad de sus decisiones. A ver padres, ¿qué vamos a decir? Como añoro cuando mi hijo venía a casa todas las noches (o casi todas), cuando le servía la comida, cuando aun dependía de mí…
Graduandos, colegas, así es la vida, una etapa tras la otra, cada una con más retos, con más complicaciones y obstáculos que superar, lo que la hace cada vez más interesante vivirla. Y los malos ratos, se superan con nuevos retos." 

Y en verdad así es la vida, un reto tras otro. Y la crianza de nuestros hijos es la serie de retos con más temores y más alegrías...