sábado, 15 de agosto de 2015

¡¡¡Y ahora yo soy la protagonista!!!!

Los que tenemos más de un hijo nos toca, muchas veces, hacer malabares para hacer sentir a cada uno de nuestros hijos como únicos y especiales. 

Yo me he dado cuenta que es muy importante que cada uno de nuestros hijos descubra en lo que se puede destacar y nos toca a nosotros, los padres, motivarlos a hacerlo. Esto ayuda de forma importante y positiva a su autoestima. Si solo uno de los hijos descubre su talento, los otros se pueden sentir que valen menos. Por eso es de vital importancia ayudarlos a buscar sus talentos.

En mi caso, descubrir el talento de Brenda fue fácil. Es una bailarina entregada y maravillosa. Por esta razón Brenda se destacó cuando bailó flamenco desde muy pequeña, le ha ido muy bien cada vez que ha participado en un Show de Talentos, y fue un éxito cuando participó en las Gaitas del CSLC.

Con Sarah fue distinto. Intentó lo mismo que hizo Brenda. Como hermana menor, es común que uno busque colocarla junto a la hermana mayor en todo lo que hace. Para mi fue un error. Brenda se destacaba y Sarah quedaba en segundo plano. 

Siguiendo la búsqueda, pero también siguiendo el mismo modus operandi, las coloqué en un plan vacacional de teatro a ambas. La gratísima sorpresa fue que Sarita se destacó, pero no solo con respecto a Brenda, si no que sobresalió en la obra final. Todos los padres la felicitaron de forma especial. Una niñita de escasos 6 años fue la narradora de la obra. Salía en cada intermedio a explicar en qué consistía el acto que veríamos a continuación. Lo hizo con una tranquilidad y soltura impresionante. Se aprendió todos los textos y los decía con una naturalidad, como si ella misma los estuviera improvisando. Yo lloraba de orgullo, de emoción y, sobretodo, de felicidad por haber encontrado el talento de Sarah.

A partir de ese momento empecé a buscar actividades que tuvieran que ver con teatro. Incluso uno de sus cumpleaños fue un minitaller de teatro. Las niñas me las dejaron temprano en casa, y estuvieron 3 horas con unos profesores de teatro, aprendiendo algunas técnicas, y preparando una pequeña y sencilla obra. En la última hora del cumpleaños recibimos a los padres con copas de vino y se sentaron a ver a sus hijas actuar. No fue una obra de Broadway, pero si fue muy emocionante ver a los padres apreciando y aplaudiendo a sus hijas mientras actuaban. Y, por supuesto, Sarita fue la protagonista de la obra y la pasó genial.

Luego de ahí empecé a buscar una actividad más seria de teatro y Sarah entró en El Taller Colibrí, en Escena 8. Ha sido una experiencia espectacular. 

Lleva 4 años, y año tras año hace una actuación espectacular. Y lo más importante, en esos días Sarah es la protagonista de nuestras vidas.


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